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V Escuela de Líderes Católicos
Ceremonia de Certificación de la V Escuela de Líderes Católicos de la Arquidiócesis de Bogotá: 51 Jóvenes Comprometidos con el Servicio y la Fe
El pasado viernes 08 de noviembre en el auditorio de la Vicaría Episcopal Territorial del Espíritu Santo, se llevó a cabo el acto de certificación de la V Escuela de Líderes Católicos de la Arquidiócesis de Bogotá.
La ceremonia fue presidida por el padre Guillermo Andrés Rodríguez, coordinador de la Escuela, y conto con el acompañamiento del Excelentísimo Monseñor Edwin Raúl Vanegas, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bogotá y de Monseñor Yoany Cupitra Díaz, vicario de la diaconía para la Formación Discipular Misionera y director de la Escuela de Líderes Católicos de la Arquidiócesis de Bogotá. Al evento también asistieron como invitados especiales el cuerpo docente que acompaño esta escuela con total entrega y dedicación
La ceremonia comenzó con un momento de oración y reflexión, seguido de palabras inspiradas por Monseñor Edwin Vanegas y Monseñor Yoany Cupitra, quienes dirigieron mensajes de ánimo y gratitud hacia los jóvenes y sus familias. Monseñor Edwin Vanegas, durante su intervención, resaltó la importancia de la compasión en el liderazgo cristiano, indicando que un verdadero líder debe dejar que la compasión por la realidad del otro se convierta en el motor de su servicio. Esta compasión es el inicio de toda acción transformadora, donde el líder, inspirado por el amor de Cristo, puede acompañar, guiar y dar esperanza a las vidas de quienes más lo necesitan. Con estas palabras, animó a los jóvenes a asumir su vocación con un espíritu de generosidad.
Monseñor Yoany destacó la importancia de construir una comunidad comprometida con los desafíos actuales, y felicitó a los estudiantes por su esfuerzo en responder a este llamado. Subrayó además que el liderazgo en nuestra sociedad se enfrenta a una crisis de valores, y que es urgente formar líderes con principios éticos y humanos, dispuestos a servir al prójimo y promover el bien común. Los jóvenes líderes, dijo, deben ser personas en quienes habiten la verdad, el amor y el deseo de transformación, para construir un mundo con mayor justicia y fraternidad.
Por su parte, el padre Guillermo Andrés Rodríguez, en su intervención, brindó un saludo especial a cada nivel formativo, reconociendo el esfuerzo de quienes inician su camino, de quienes avanzan en él y de quienes culminan su formación. Expresó además su agradecimiento al director de la Academia de Líderes Católicos, José Antonio Rosas Amor y a la Universidad Unimonserrate, en cabeza de Monseñor Ricardo Pulido, por el valioso aval académico otorgado al programa de la Escuela. Inspirándose en el Mandamiento del Amor, el padre Guillermo invitó a los presentes a llevar este mensaje a sus mentes, corazones y manos, y hacer de su vocación un acto de servicio hacia los demás.
En esta V Escuela de Líderes, los 51 estudiantes de los tres niveles formativos recibieron su certificación en un acto que reconoció su esfuerzo y dedicación. Además, se otorgó una mención de honor a un estudiante destacado en cada nivel: Maryury Grandas en el nivel 1, Javier Eduardo Rojas en el nivel 2 y Martha Ligia Castaños en el nivel 3. Como reconocimiento adicional, Maryury y Javier, quienes completan los niveles 1 y 2, recibieron una beca completa para avanzar al siguiente nivel.
El evento también incluyó un reconocimiento especial al cuerpo docente, quienes, de manera voluntaria y con total entrega, acompañaron a los jóvenes en su formación. La estudiante Geraldine Gutiérrez, en representación de sus compañeros, dedicó unas sentidas palabras de gratitud a los docentes, reconociendo el impacto de su compromiso y amor por la enseñanza. Al final de la ceremonia, tanto estudiantes como docentes recibieron un símbolo representativo de su compromiso y participación en el proceso formativo.
La ceremonia se cerró con una oración de envío por parte de Monseñor Edwin Vanegas y Monseñor Yoany Cupitra, quienes encomendaron a los nuevos líderes católicos a continuar su misión con amor, fe y entrega al servicio de los demás, recordándoles que el liderazgo cristiano no es solo una vocación, sino un compromiso diario de llevar la luz y el amor de Cristo a cada rincón de su comunidad.
Ceremonia de Certificación